Another word vital to understanding Puerto Ricans is "bendito".
Bendito (or ¡Ay bendito!) is an expression to express empathy for just about anything. Too much homework? Bendiiiiiiiito. Your mother die? Same thing (okay, maybe with some other words in there though). You get the idea.
It also can be shorned to just dito.
Here is a passage from a book called "Panorama de la Cultura Puertorriqueña" by some María Teresa Babín from 1958 about the word "bendito". It's a bit exaggerated and also references religion a bit, but it still rings true. Keep in mind that bendito does NOT just pertain to religious circumstances; it's really an everyday word for any problem.
"Creemos sin hipérbole que la vieja frase para
representar gráficamente la verdadera manera de ser y
de sentir de nuestra gente es el ¡Ay, bendito! La
proferimos a cada vuelta de hoja, ya sea para mostrar
pena o para mostrar cariño y solidaridad. Somos capaces
de perdonar las injurias más graves si echamos mano de
este decir en el cual se concentran las virtudes cristianas
que llevamos en la sangre. ¡Ay, bendito! es el grito
conmovedor que nos desgarra el alma y nos nubla los
ojos de lágrimas ante la injusticia. Es también el perdón
y la conmiseración. Esa frase nos identifica con el
semejante que padece y la damos de consuelo sin tasa ni
medida al que necesita alivio. Tal vez el deje con que
pronunciamos ¡Ay, bendito! tenga un tinte de
impotencia ante los designios del Cielo, y esté ungido de
conformidad, pero al decirlo lo hacemos sin
desfallecimiento, sino con humildad y fe. Rafael
Hernández, cantor sin par de la tierra, ha llevado a una
melodía la clave identificadora del destierro: "Los que
dice... ¡Ay, bendito!... ésos sí, ésos sí" son boricanos
inconfundibles. Podemos reconocernos en cualquier
sition unos a otros si escuchamos la expresión definitiva
de nuestro espíritu auténtico. El ¡Ay, bendito! no debe
considerarse un gesto de flaqueza; al conrario, creo que
encierra la simiente pura de la verdadera caridad, flor
de convivencia sin prejuicios y alborozada sonrisa
fraternal, sin algarabía, tibia y honda en el abrazo.
Acompañamos la palabra con un movimiento mesurado
de cabeza, los ojos a medio cerrar, en actitud orante,
casi de rodillas ante Dios, como si imploráramos al
decirla la intervención Todopoderosa, temblorosos ante
el misterio. Somos creyentes y somos gente de buena
fe. Nuestros alardes violentos no pasan de ser gestos
desesperados sin consecuencia moral, pues sabemos de
antemano que la razón la tiene finalmente el que espera
mientras lucha, no el que espera ociosamente. Así vamos
viviendo, alertas y sosegados, desenredando la maraña
del vivir con paciencia y esperanza, aliviándonos de los
dolores que nos va propinando la suerte con el bálsamo y
filtro del ¡Ay, bendito!, cocimiento de yerbas buenas y
yerbas brujas que han crecido en el huerto boricano
desde antaño."
representar gráficamente la verdadera manera de ser y
de sentir de nuestra gente es el ¡Ay, bendito! La
proferimos a cada vuelta de hoja, ya sea para mostrar
pena o para mostrar cariño y solidaridad. Somos capaces
de perdonar las injurias más graves si echamos mano de
este decir en el cual se concentran las virtudes cristianas
que llevamos en la sangre. ¡Ay, bendito! es el grito
conmovedor que nos desgarra el alma y nos nubla los
ojos de lágrimas ante la injusticia. Es también el perdón
y la conmiseración. Esa frase nos identifica con el
semejante que padece y la damos de consuelo sin tasa ni
medida al que necesita alivio. Tal vez el deje con que
pronunciamos ¡Ay, bendito! tenga un tinte de
impotencia ante los designios del Cielo, y esté ungido de
conformidad, pero al decirlo lo hacemos sin
desfallecimiento, sino con humildad y fe. Rafael
Hernández, cantor sin par de la tierra, ha llevado a una
melodía la clave identificadora del destierro: "Los que
dice... ¡Ay, bendito!... ésos sí, ésos sí" son boricanos
inconfundibles. Podemos reconocernos en cualquier
sition unos a otros si escuchamos la expresión definitiva
de nuestro espíritu auténtico. El ¡Ay, bendito! no debe
considerarse un gesto de flaqueza; al conrario, creo que
encierra la simiente pura de la verdadera caridad, flor
de convivencia sin prejuicios y alborozada sonrisa
fraternal, sin algarabía, tibia y honda en el abrazo.
Acompañamos la palabra con un movimiento mesurado
de cabeza, los ojos a medio cerrar, en actitud orante,
casi de rodillas ante Dios, como si imploráramos al
decirla la intervención Todopoderosa, temblorosos ante
el misterio. Somos creyentes y somos gente de buena
fe. Nuestros alardes violentos no pasan de ser gestos
desesperados sin consecuencia moral, pues sabemos de
antemano que la razón la tiene finalmente el que espera
mientras lucha, no el que espera ociosamente. Así vamos
viviendo, alertas y sosegados, desenredando la maraña
del vivir con paciencia y esperanza, aliviándonos de los
dolores que nos va propinando la suerte con el bálsamo y
filtro del ¡Ay, bendito!, cocimiento de yerbas buenas y
yerbas brujas que han crecido en el huerto boricano
desde antaño."
I'm not going to translate it because it's a little too long and artistic, but even if you can't understand everything I'm sure that you'll get an idea of what's going on.
3 comments:
Ay bendito!
ditoooo
Bendito sea Dios!
y así por el estilo.
"Bendito", I believe, is the shortening of the phrase "bendito sea Dios" or "bendito sea el Señor". The most common one lately has become "bendito" or simply "dito", as you mentioned. It is religious, but then again, many of our expressions are. "Avemaría purísima!" or "Ay Señor/Dios!" are used every day by non-religious people. It's just how it is.
Little doubt, the dude is completely just.
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